A veces nuestros espacios necesitan un cambio radical que nos aporte lo que necesitamos en nuestro día a día. Por suerte, el estilo nórdico es perfecto para ello, ya que aporta a tu hogar luminosidad, serenidad y calidez, además de una sensación de mayor amplitud.

El estilo nórdico ha estado en tendencia desde hace 10 años. Es ideal para los amantes de la naturaleza y de lo minimalista.
Modifica el espacio buscando la luz
Todo lo que quite amplitud a tu espacio y evite la entrada de la luz no nos interesa. Elimina tabiques, columnas o paredes que impidan que tu espacio sea luminoso.
También has de cuidar los colores. El blanco y los tonos claros serán tus mayores aliados. Si quieres decorar tu casa con estilo nórdico, mejor usa beiges y grises.
Si quieres añadir un toque interesante de color para que tu entorno adquiera originalidad, reserva el negro o los colores llamativos para elementos pequeños, como cojines o lámparas, por ejemplo.
Unifica las zonas
Para adquirir más luz y más espacio, ¡prepárate para tirar paredes! Lo ideal es unificar toda la zona de día, es decir: comedor, salón y cocina.
Un gran consejo es separar la cocina del resto usando una puerta corredera que puedas abrir cuando la cocina está limpia y no estás cocinando, y cerrarla cuando cocines para que el salón no retenga olores no deseados como el olor a pescado o a aceite.
Si hay un gran trecho desde tu salón a tu cocina, o están en forma de L, quizá los olores de la cocina no lleguen al salón. Es cuestión de pensarlo dependiendo de la disposición de tu vivienda.
¿Qué tipo de materiales se usa en el estilo nórdico?
Usarás distintos tipos de metales y de madera. Combinarlos a la perfección y a tu gusto será el reto.
Nuestro consejo es que uses muebles de madera de tonos claros y que sean muy sencillos. También puedes usar la madera en elementos decorativos, incluso pueden estar sin tratar ni barnizar.
Te animamos a que elabores tú mismo algunos de ellos. Pueden ser marcos de fotos, casitas, ramas de macramé, estantes, etc… Puedes encontrar muchas ideas diferentes en internet. Eso añadirá personalidad a tu vivienda y le aportará un punto entrañable.

En cuanto al metal, están de moda el cobre y el latón para lámparas, candelabros, grifería, etc… Siempre de forma minimalista y exquisita.
Añadir piezas de la naturaleza
Añadir algo completamente natural es lo que pide un estilo nórdico a gritos. Puedes usar piñas que has encontrado en el bosque o unas ramas. Si lo deseas, puedes dejar que se sequen y pintarlas o dejarlas en su color natural.
Otra cosa que puedes usar son las plantas. Puedes optar por tener cactus todo el año si quieres algo fácil de cuidar o, si lo prefieres, acude a tu floristería de confianza y adquiere ramos o macetas de temporada.
¿Animales?
Absolutamente sí. Si quieres que tu casa luzca un estilo nórdico puro, debes de decorarla con… animales nórdicos ¿No es obvio?
Usa ardillas, ciervos y osos para que aporten calma y te transporten a un entorno natural de la bella Escandinavia. Aparte de animales, puedes decorar tu hogar con motivos arbóreos como robles o abetos de forma sencilla y con colores claros, por supuesto.
Combinación con otros estilos
El estilo nórdico, al ser un estilo minimalista y natural, puedes combinarlo con algunos estilos, aunque no con todos.
Por ejemplo, es fácil de combinar con el estilo vintage. Puedes adquirir algunas antigüedades y, si es necesario, pintarlas en tonos claros: teléfonos, relojes de pié, candelabros, o incluso un sofá digno de la realeza.
Otro estilo que combina muy bien es el rústico. Puedes añadirle a tu espacio una pared de ladrillos o de troncos. O incluso una chimenea. Al ser dos estilos tan ligados a la naturaleza, son muy fáciles de combinar.
En general, intenta que el otro estilo no sea recargado o demasiado estridente.
Crea, recicla y reutiliza
Ya que te propones usar un estilo de lo más natural, sé amigable con la naturaleza. Haz de tu casa un espacio respetuoso con el medio ambiente. Reutiliza botes de cristal, botellas, palets, etc.
Les puedes dar una segunda vida usándolos de forma cotidiana. Por ejemplo, como almacenaje (guardar botes para hacer mermelada, rellenar las botellas de cristal de los zumos con agua…), o para decorar tu casa con un poco de imaginación.